Amigo…
Realmente no mucho, sencillamente eres un amigo de buen
corazón, desprendido, responsable de ti y hecho responsable de toda una familia
a causa de las circunstancias… a muy corta edad para mi gusto. Pero que puedo
decir si la vida es así, nos envía las experiencias para que nosotros las
transformemos en aprendizajes, en sabiduría.
Eres un wey divertido, bromista, musical, lleno de vida… a
las mujeres les encantan tus ojos, a mi me gusta tu mirada honesta. Eres el wey
mas impuntual del mundo jajaja pero, ¿eso que? Todas tus demás virtudes
minimizan eso de ti. No creo que seas tan especial, pero si he comprobado que eres
único.
Llevas en ti, lo bueno de dos personas que te engendraron y
se nota que te hicieron con amor porque eso es lo que nos has dado (sin
mencionar la palabra a ninguno de nosotros) a los que te conocemos.
Tiene mucho que no nos vemos, es más ni siquiera hemos
hablado. Y eso no es importante, porque los amigos verdaderos están aquí… en
este ladito izquierdo de cada uno de nosotros, en el corazón. Si queremos saber
de alguien así como tú, pues sólo les pedimos al corazón y al cerebro (que difícilmente
se ponen de acuerdo) que se dejen de pendejadas por un momento y que juntos nos
ayuden a abrir los archivos de los buenos recuerdos. Aunque una llamada no caería
mal para ponernos al día.
No pienses que he cambiado, porque he moderado mi lenguaje
en esta carta. Sólo lo hago por respeto a la gente que lo está leyendo y
escuchando. Tengo casi 13 años viviendo en esta ciudad y sólo a unas pocas, no
más de 3 les puedo llamar honestamente amigos. Tú uno de ellos.
Te mando un abrazo grande brother!
Atte: El otro focker (yo)
Eduardo
Eduardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario