Esta frase la he visto varias veces en los últimos días y
nunca he estado más en desacuerdo…
La gente buena se vuelve cabrona no porque se canse de tanta
chingadera, no, no, no… se vuelve cabrona por falta de carácter y visión (O por
pendeja si lo quieres ver en términos coloquiales). Porque se rinde, porque es
mucho más fácil poner un pretexto y fincar la responsabilidad en los demás.
Esta frase es un verdadero “Cambié por tu culpa”.
Cambia, pero cambia por que tú decides ser mejor, no peor
persona. Lo que no te guste, ten el valor de decirlo a quien le corresponde y
sin pelea, hazlo desde el amor; no calles y cambies.
¿Sabes cuantas buenas amistades y parejas se pierden por un
malentendido? No permitas que tu ego sea más grande que tu verdadero yo. No le
robes a los demás la oportunidad de conocer quien realmente eres, ni te quites
la oportunidad de ser feliz siendo quien eres. Evita tomarte las cosas
personales, sonríe y haz de tu día un día feliz, si logras esto cada día las
matemáticas no fallan y te aseguran una vida feliz.
La gente buena y consciente no se vuelve cabrona, se vuelve
más sabia, amorosa e incansable.