Esos hombres...
No se desgastan en caprichos, ni en ver quién se ve más guapo, sólo les importa bolearse los zapatos.
Ellos no aman los bolsos, los perfumes ni los trajes,
prefieren su fútbol, las carreras, las luchas, las motos, boliche, las fotos y los viajes.
Yo pensaba que ellos no sabían amar, que les daba igual.
Hoy entendí que aman sin necesidad de gritarlo, que también lloran aunque no veamos una lágrima rodar, que tienen días felices y días grises, que también se confunden, que a veces dicen no, queriendo decir que si, que se alegran con pequeñeces, que les encanta hacernos reír, que cuando se cansan sólo ponen su mala cara, que no son adivinos como lo hemos creído.
Disfrutan de una buena compañía, ya sea de una mujer, amigos o familia.
Ellos aman su espacio, su auto, su control y que las mujeres no les hagan tantos panchos.
Ellos, esos hombres que pensé que no sentían tanto amor ni dolor, estén donde estén no dejen de provocar al menos una sonrisa a diario, en cada mujer.
Laura Chávez
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